Hola. Me llamo Deméter, soy la diosa griega de la agricultura. En este blog os voy a contar las anécdotas de mi vida y de mi leyenda. También os voy a contar los cuadros en los que aparezco y las estatuas que me han hecho. Espero que os sea interesante.
Dios Deméter
martes, 18 de marzo de 2014
Saludos
Hola. Me llamo Deméter, soy la diosa griega de la agricultura. En este blog os voy a contar las anécdotas de mi vida y de mi leyenda. También os voy a contar los cuadros en los que aparezco y las estatuas que me han hecho. Espero que os sea interesante.
Origen de Demeter
Soy hija de los titanes Cronos y Rea.
Yo, Deméter, pertenezco a la primera generación de los dioses griegos, por lo tanto, soy hermana de Zeus, Poseidón, Hades, Hera y Hestia. Tengo una hija, Perséfone, cuyo padre es Zeus, según la leyenda más extendida.
Se me representa con una espiga de trigo.
Mito de Demeter
Deméter, divinidad de la tierra cultivada. Mis leyendas se han cultivado en todas las regiones del mundo helénico sobre en el que prospera este cereal.
Mis lugares preferidos con las llanuras de Sicilia y Eulisis. Yo, tanto en la leyenda como en el culto, estoy muy vinculada con mi hija Perséfone (también hija de Zeus), y las dos constituimos una pareja a la que con frecuencia se la llama simplemente "Las Diosas".
Las aventuras mías y de mi hija Perséfone constituyen el mito central de mi leyenda, mito cuya profunda significación era revelada en la iniciación a los misterios de Eulisis.
Rapto de Perséfone
Perséfone crecía feliz entre las ninfas y otras doncellas haciendo la vida típica de de la juventud que no se preocupa por el matrimonio.
Un día en el que estaba cogiendo flores en la pradera de Nisa, en las llanuras de Sicilia, en el momento en el que disponía a coger un narciso, a su alrededor, se abrió la tierra, y del interior salió en dios del inferno llamado Hades, el cual, se había enamorado de Perséfone. El dios descendió, salió al encuentro de mi hija y la raptó, llevándosela a las profundidades.
ësto lo hizo con la ayuda de Zeus. Yo la busqué por toda la tierra durante nueve días y nueve noches en las qué me ayudaba solo de una antorcha. Mientras la buscaba descuidé mis tareas de diosa de la agricultura, y la tierra en Grecia se volvió estéril, ocasionando el hambre.
Por medio de la diosa Iris, Zeus le ordenó a Hades que me devolviera a mi hija.
Esto ya era imposible, porque mi hija ya había comido una granada cultivada en el infierno y ya está ligada definitivamente al infierno.
No obstante, existía una solución.
La solución es el acuerdo que tomamos los tres dioses olímpicos: Perséfone dividirá el año entre su estancia en lo infiernos con Hades, lo que simboliza el invierno, y el regreso a la tierra conmigo, lo que simboliza la primavera.
Atributos
A mí se me representa como a una mujer sobriamente vestida y coronada de espigas. Llevo una antorcha en la mano derecha y un haz de espigas en la mano izquierda.
Otras veces se me representa con una hoz o con la "cornucopia" o cuerno de la abundancia.
Estatuas
Cuadros en los que aparezco
A lo largo de la
historia al igual que con las esculturas han pintado numerosos cuadros en los
que aparece mi imagen.
Cuento con un gran
número de representaciones en el arte griego y romano, al tratarse de una
divinidad muy antigua. Yo no sólo soy la diosa de la agricultura, sino que
también soy la protectora de todos los frutos nacidos por la influencia del
hombre y concreto mi dominio en el trigo y otros cereales, las primeras plantas
que la humanidad cultivó y que constituyeron la base de la alimentación
antigua. A mi está asociado el ciclo de las estaciones del año, que está
regulado por la presencia o ausencia de mi hija Perséfone.
En las representaciones antiguas aparezco con frecuencia sentada en un carro rodeada de antorchas. Los atributos que contribuían a identificarme eran las espigas de cereales, el narciso y la amapola. En la pintura, del Renacimiento hasta el s. XX, se añaden a estos atributos el cuerno de la abundancia (la cornucopia), que suele reposar en mis manos o en mi regazo y también las flores, las frutas, el grano o la hoz. Mis cabellos aparecen casi siempre recogidos y adornados con espigas o con amapolas. El caballo, la serpiente, el cerdo y la grulla son los animales de los que puedo estar acompañada, pues se me relaciona con todos ellos.
En las representaciones antiguas aparezco con frecuencia sentada en un carro rodeada de antorchas. Los atributos que contribuían a identificarme eran las espigas de cereales, el narciso y la amapola. En la pintura, del Renacimiento hasta el s. XX, se añaden a estos atributos el cuerno de la abundancia (la cornucopia), que suele reposar en mis manos o en mi regazo y también las flores, las frutas, el grano o la hoz. Mis cabellos aparecen casi siempre recogidos y adornados con espigas o con amapolas. El caballo, la serpiente, el cerdo y la grulla son los animales de los que puedo estar acompañada, pues se me relaciona con todos ellos.
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